Publicado originalmente en Mexico Business Now
Por: Carlos Godinez, Vicepresidente de Desarrollo de Negocios, México
En medio de las guerras comerciales internacionales y los retrasos en la cadena de suministro global, las empresas de EE.UU. se están instalando cada vez más en México. Esta oleada de expansión empresarial crea una plétora de nuevas oportunidades y, con la temporada alta de productos a la vuelta de la esquina, la cadena de suministro transfronteriza se verá afectada por una afluencia de actividad.
Ahora más que nunca es importante crear un corredor comercial norteamericano unido, optimizado y resistente para apoyar las cadenas de suministro en toda la región. Un corredor comercial norteamericano sin fisuras se caracteriza por una distribución coherente de las mercancías unidas por grandes vías, como las puertas de entrada a la carretera, los puertos de contenedores, los centros ferroviarios e intermodales, así como los grupos de distribución de mercancías en el interior. Estas rutas bien coordinadas pueden ayudar a entregar las mercancías a tiempo, generar un mayor crecimiento económico y resistencia, y mejorar la calidad general de la cadena de suministro. Sin embargo, para lograr un corredor comercial norteamericano totalmente optimizado, se necesita una transformación digital adicional en la logística transfronteriza.
Las empresas estadounidenses, principalmente del sector manufacturero, se están expandiendo a México por muchas razones. La agilización de los plazos de entrega, la facilidad de envío y la reducción de los costes de mano de obra y energía son sólo algunas de las razones. Sin embargo, con el aumento de las empresas que operan en México, surgen nuevos retos, como los complejos retrasos aduaneros y los problemas de desequilibrio comercial.
El aumento de los precios de los combustibles también ha supuesto un reto para los transportistas. Los precios del combustible en México aumentaron de 22,16 dólares por litro en enero a 22,73 dólares por litro en marzo, un aumento del 3% en sólo tres meses. Y en abril, el precio del gasóleo alcanzó una media de 22,98 dólares por litro, lo que supuso un récord para el país. Los transportistas están luchando por mantener el coste del combustible en alza, lo que supone un gasto presupuestario adicional no planificado. Además del aumento de los precios del combustible, la volatilidad de los fletes y la escasa capacidad siguen presentes en el mercado. Las tarifas de importación también están aumentando, ya que la capacidad de carga transfronteriza sigue siendo escasa. Además, los transportistas se enfrentan a grandes volúmenes de envío debido a la creciente demanda y al reajuste de los niveles de inventario que pueden crear condiciones significativas de escasez o exceso de existencias.
A medida que los transportistas se enfrentan a los crecientes desafíos, las zonas francas, un área en la que las mercancías extranjeras y nacionales se consideran fuera del territorio aduanero de Estados Unidos, han aumentado su popularidad. Hay un mayor interés por parte de las empresas con sede en Estados Unidos por evitar los puertos tradicionales del Oeste y aprovechar los nuevos puentes ferroviarios para conectar los puertos del Pacífico, como Manzanillo y Lázaro Cárdenas. Los transportistas que trasladan productos de Asia al sur, el medio oeste y el este de EE.UU. también están aprovechando los almacenes de la Zona Franca y el Recinto Fiscalizado Estratégico (RFE) dentro del territorio aduanero de México.
Para hacer realidad este corredor norteamericano, los transportistas deben adoptar la tecnología para optimizar las rutas y sortear los retos de seguridad y la evolución de la normativa. Una forma de conseguirlo es a través de las actividades de la Zona Franca. Los transportistas pueden introducir herramientas que apoyen la actividad en las Zonas Francas y RFE para diferir los impuestos y derechos. Asociarse con una empresa con experiencia en la gestión de actividades, como las soluciones intermodales y ferroviarias, el almacenamiento y la distribución, y el cumplimiento de las normas aduaneras, es clave para el envío transfronterizo y para mantener la cadena de suministro en movimiento.
Los servicios de despacho de aduanas también apoyan un corredor comercial norteamericano optimizado. La gestión de las aduanas es una parte fundamental de la cadena de suministro transfronteriza y es esencial contar con un agente de aduanas profesional que navegue por las diferentes normativas y que, al mismo tiempo, proporcione visibilidad y control de los envíos. Estos servicios pueden proporcionar datos sobre el origen de la carga, el despacho de aduanas y la entrega final, lo que puede ayudar a simplificar el proceso general de transporte transfronterizo.
También es imprescindible que los transportistas tengan una visibilidad en tiempo real, muy precisa y transparente de su carga en cualquier momento para garantizar que las mercancías se entreguen a tiempo y dentro del presupuesto. Contar con las últimas soluciones de transporte gestionado proporcionará de inmediato a los expedidores la visibilidad que necesitan para asegurarse de que sus mercancías se mueven con seguridad y precisión a través de la frontera.
Dentro de la cadena de suministro transfronteriza, siguen existiendo retos en materia de seguridad, normativa y entorno económico. Es importante que los transportistas se mantengan a la vanguardia adaptándose a estos retos y utilizando las plataformas y soluciones tecnológicas adecuadas. De este modo, podemos unirnos y crear el flujo logístico necesario para un verdadero corredor comercial norteamericano.